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5 Errores de las PYMES que las llevan al cierre

5 Errores de las PYMES que las llevan al cierre

Los errores de las PYMES suelen ser la consecuencia de la inexperiencia y, sobre todo, de la falta de conocimiento empresarial. De hecho, existe una estadística fatídica que defiende que el 90% de las PYMES de nueva creación desaparecen en sus primeros 5 años y que de éstas más del 70% lo hace a lo largo de sus dos primeros años de vida. Puede que todos estos números ahora mismo no sean más que eso para ti: números. Pero estamos hablando de miles y miles de proyectos que no acaban de florecer, aunque puedan ser brillantes. ¿Nunca te has parado a pensar por qué?

https://youtu.be/-G9Rw0vsS6U

Cerrar una empresa incluye varios aspectos negativos entre los que podría destacar el endeudamiento como tema estrella, pero en el que también existe una carga emocional muy importante. Me refiero a la gran cantidad de frustración que conlleva, los sueños rotos y demás sentimientos negativos que pueden repercutir seriamente en la salud mental de una persona. A la persona que emprendió en su momento y los que le rodean, tanto a nivel personal como profesional. 

Ya ves que no es un tema para tomarse a risa y si no quieres que esto te pase a ti, debes tener algo en cuenta que todas ellas tienen en común: sus errores. Conociéndolos esos errores de las PYMES tendrás más herramientas para tomar decisiones más acertadas y evitar sumarte a las estadísticas con las que empezábamos. Así que hoy te voy a presentar 5 de ellos para ir abriendo boca, pero ya te adelanto que hay más que se repiten una y otra vez y que son tan relevantes como estos o incluso más; según tus características y las de tu negocio.

1. Pensar a corto plazo

¿Tienes la sensación de que se te pasa el día y no te ha dado tiempo a hacer ni la mitad de lo que tenías planeado? ¿Se te pasan las semanas y te parece que siempre haces lo mismo, que no avanzas? Vaya, me parece que estás en esa espiral cortoplacista que tanto nos ahoga cuando empezamos con nuestro proyecto. Es uno de los grandes errores que cometen las PYMES. Vamos que ejecutas de hoy para mañana y sin una proyección a más largo plazo de una semana. O dos… El tema es que debes marcarte objetivos y procurar que todas las acciones que realizas al cabo del día te lleven a conseguirlos. Si no, hay algo que no estás haciendo bien y ya sabes cómo puede terminar esto…

2. Errores en comunicación

La mayoría de empresas empiezan con un socio o como empresario autónomo. Pero, en cuanto el volumen de trabajo empieza a subir nos vemos obligados a delegar historias como la administración, el marketing, las redes sociales, etc. Y aún así el tiempo se te come, como hemos hablado antes. Así que súmale a eso la coordinación que debe existir en un equipo de trabajo que se dedique a tirar adelante con la empresa. Aunque sea un equipo externo la coordinación es necesaria, pero la gran mayoría de nuevos empresarios delegan estas historias y se desentienden. O sólo se interesan cuando quieren realizar una campaña de marketing, surge un problema con el fisco o cualquier otra historia que fuerce la comunicación. Pero ¿dónde queda la comunicación estratégica? ¿En qué lugar quedan los objetivos? Piensa en ello…

3. Liderazgo inadecuado

No te estoy diciendo de buenas a primeras que seas un mal líder, pero tienes que tener en cuenta que no puedes estar en todas partes ni tampoco tienes que saberlo todo. Lo siento, no eres Dios, por mucho que te pese y teniendo en cuenta todo lo que hemos comentado hasta ahora, supongo que entenderás que debes estar al frente de un equipo de trabajo. Eso implica que lideres un equipo de personas, pero no necesariamente quiere decir que lo seas de manera innata. Un liderazgo inadecuado es, en gran medida, un cáncer. Es uno de los mayores males que puede tener una empresa y casi en el 100% de los casos acaba con el cierre de la compañía. Pero tengo buenas noticias: el liderazgo es algo que se puede aprender. Precisamente este es uno de los motivos por los que abrí este canal…

4. Descontrol de los recursos

Esto te puede parecer una tontería, pero la verdad es que es uno de los grandes errores que las PYMES de nueva creación y las que no son tan nuevas cometen continuamente y sin darse cuenta. Derivado de la falta de tiempo solemos centrarnos en las tareas diarias, en la ejecución y en la atención al cliente entre otras cosas. Pero a muchos de los nuevos empresarios (y también a los no tan nuevos) se les escapa el control de estoc, el control de las finanzas, la inversión de tiempo y, en definitiva, el control de todos los recursos de los que depende tu empresa. No se trata de saber cuánto facturas y ya está, sino de cuánto margen de beneficio tienes y de saber si las acciones que llevas a cabo te salen a cuenta. Bueno, en realidad podríamos hablar largo y tendido sobre este tema, pero hoy no.

5. No escuchar al cliente

Parece algo obvio, ¿no? Al fin y al cabo, las empresas existimos para solucionar problemas. O sea que para poder proponer soluciones adecuadas es necesario escuchar cuál es el problema. Creo que no te estoy diciendo nada que no sepas, pero mira a tu alrededor; mírate a ti mismo y dime: ¿qué tal es tu producto o servicio? Seguro que me dirás que es estupendo, maravilloso, lo mejor que vas a encontrar en el mercado. Lo sé. La cuestión es, ¿qué opina tu cliente? ¿Le soluciona ese problema que tiene? Si no estás escuchando lo que el mercado demanda y te centras en mejorar tu producto o servicio sin tener esto en cuenta, las estadísticas de hoy te van a recibir con los brazos abiertos.

La interrelación entre comunicación interna y externa

La interrelación entre comunicación interna y externa

Tanto la comunicación interna como la externa existen en tu empresa (por mucho que las puedas ignorar), se producen a diario y además forman parte de tu imagen de marca. Sí, existe esa interrelación. Es decir, que si eres de los que se han currado un logo súper chulo y después no presta atención al tipo de comunicación que usa, la imagen de marca seguirá siendo mediocre o peor.

La comunicación externa

Tal vez dicho de este modo no la reconozcas. Pero la comunicación externa es básicamente es toda la que se produce desde la empresa hacia afuera. Para ilustrarlo un poquito mejor podríamos hablar de acciones como la publicidad, los colores corporativos, las notas de prensa, los eventos que organiza la empresa, la atención al cliente, la gestión y publicaciones en redes sociales y un larguísimo etcétera.

¿El marketing? Por supuesto. El marketing también forma parte de la comunicación externa, pero, como ves, no lo es todo.

La comunicación interna

Como podrás adivinar, la comunicación interna es la que se produce desde la empresa hacia la propia empresa. Y no importa que seais 3 o 30, porque ésta se produce constantemente. En este sentido y para que no quede lugar a dudas, no sólo me refiero a los comunicados oficiales, no únicamente a la que se transmite desde la gerencia hacia el resto, sino a TODA la comunicación que se produce dentro de tu empresa. Y visto así tal vez te parezca una locura. Y así es, porque estamos hablando de lo que podría ser un gran flujo de información. Pero no te asustes, que vamos a ir pasito a pasito.

La comunicación corporativa

Ahora que ya hemos definido, aunque muy brevemente, las dos variables de la comunicación corporativa, vamos a ver qué tienen de especial. 

Supongo que no es necesario que te explique por qué las empresas hacen marketing, ¿verdad? A esto se le llama comunicación estratégica y recibe este nombre porque se produce con el fin de alcanzar un objetivo. Puede que para conseguir alcance, para proyectar una imagen de marca o para lo que sea, pero a nivel externo.

Bien, pues a nivel interno también debemos mantener una comunicación estratégica. ¿Para qué? Pues para conseguir lo que queramos proponernos a nivel interno: motivación, cohesión de grupo, promover la creatividad, la resolución de problemas… Lo que tú quieras. 

En cualquier caso, y en cualquiera de los dos tipos de comunicación corporativa, cuando tienes un objetivo claro, lo que haces es señalar dónde quieres llegar y, por lo tanto, trazas un camino. Para seguirlo debes designar algunas tareas o acciones a llevar a cabo. Y a este conjunto de pasos se le llama estrategia. Por eso, la comunicación corporativa no es un simple intercambio de información, como algunos creen.

Prestando atención a sólo una de ellas

Está claro que si ahora mismo te preguntara en cuál de las dos inviertes más tiempo y dinero me dirás que en la comunicación externa. Y lo cierto es que es normal porque existe mucha más gente fuera que dentro y, por lo tanto, el flujo de información debe ser mayor. Pero, ¿y si te preguntara cuál es la inversión que haces en comunicación interna? ¿Cuál sería tu respuesta? Porque, sí, amigo mío, normalmente la comunicación interna es la gran olvidada. Pero que no le prestes atención no hace que desaparezca. Sigue ahí y, como te he dicho, se produce constantemente. Y te digo más, la interrelación que existe entre ambas tiene más repercusión de lo que crees. Sin embargo, cuando nos referimos a comunicación interna, en la mayor parte de los casos, el problema está en que no se la convierte en comunicación estratégica y se pierde la posibilidad de utilizarla para alcanzar objetivos corporativos.

Interrelación entre los dos tipos de comunicación

Si tienes al personal insatisfecho y desmotivado, ¿crees que no afecta a tu reputación? ¿Crees que este malestar no se transmitirá a la esfera externa? ¿De verdad crees que la percepción que se tendrá de tu empresa no se verá afectada por esto? En este caso, no estarías cuidando la comunicación interna y te estaría afectando a nivel interno, por supuesto, pero también tendría consecuencias a nivel externo.

Por otro lado, si la comunicación externa la lleva a cabo tu cuñado o tu primo porque te hacen muy buen precio pero no son profesionales de esto, ¿no crees que las personas que trabajan para ti (las que saben estos detalles) tendrán una percepción mediocre de tu imagen de marca? ¿Estás seguro de que esa información no saldrá del núcleo corporativo? ¿Es esa imagen de mediocridad lo que querías conseguir cuando aceptaste la ayuda de tu familiar o amigo? Estoy segura de que eres más ambicioso que eso y que cuando trabajas en asuntos dirigidos a tantas personas, no te quieres arriesgar tanto. Pero, como ves, tus acciones en comunicación externa también afectan a la esfera interna. De ahí la interrelación a la que apelo en todo momento.

La una existe junto a la otra y eso es algo que no podemos cambiar. Así que sólo nos queda lidiar con ello lo mejor posible. Si sabes las normas del juego te será mucho más fácil ganar las partidas.

Lo cierto, es que a simple vista no parecen detalles importantes, ¿verdad? Pero si los vas sumando, poco a poco, te van restando puntos y te van alejando de lo que quieres conseguir como empresario. Menos mal que no todo son malas noticias, porque conociendo esta interrelación está en tu mano darle la vuelta a la tortilla y convertir la comunicación que se produce en tu empresa en comunicación estratégica de verdad.

Retener el talento

Retener el talento

Retener un talento en la empresa tendría que ser uno de tus objetivos como líder. Ya sabes que un trabajador adecuado hoy en día es considerado un tesoro muy preciado. O sea que, cuando por fin encontramos a esa persona, es fundamental evitar que pueda irse por motivos directamente relacionados con la empresa. Justamente estos motivos son los que podemos modelar e incluso evitar.

De hecho, no poner medios para evitar su fuga sería un grave error. Piensa que los puestos de trabajo cada vez son más especializados, por lo que los procesos de selección se pueden transformar en un auténtico quebradero de cabeza. Es decir, que encontrar a personas capaces y que encajen en ese perfil específico que estás buscando puede transformarse en misión imposible. Por ese mismo motivo, después de tan arduo camino, de conseguir dar respuesta a esa necesidad tan concreta, si consideras que realmente has encontrado a la persona adecuada ¿no crees que es fundamental hacer lo posible por retenerla? ¿No te parece que vale la pena intentarlo?

Hoy veremos cuáles son los 6 motivos más habituales por los que estas personas pueden decidir irse y qué podemos hacer para evitarlo. 

1. MALESTAR LABORAL

A veces esta atmósfera viene provocada por una inadecuada o mala gestión por parte del departamento de recursos humanos o incluso de la gerencia. Estas personas pueden sentirse ignoradas, no atendidas, por lo que ante cualquier oportunidad externa de sentirse más valoradas será una posible vía de escape e incluso una oportunidad de crecimiento personal para ellas y muy probablemente acaben por irse.

También es posible que haya personas tóxicas que dificulten la convivencia entre compañeros de trabajo y que mantengan un ambiente laboral cargado la mayoría del tiempo. Lidiar con este tipo de personas durante toda la jornada puede transformarse en una auténtica tortura. Este hecho es muy proclive a transformarse en un detonante para su salida de la empresa.

2. FALTA DE MOTIVACIÓN

Hay para quien el dinero (el sueldo) es un gran motivador y aguantan carros y carretas. En la mayoría de los casos, sus necesidades personales no les permiten renunciar a su trabajo a pesar del malestar, la presión y otras variables que puedan resultar incómodas. Sin embargo, todo tiene un límite y el talento se puede encontrar en cualquier persona y en cualquier puesto de trabajo. No solo en los que requieran estudios superiores.

Para mantener la motivación es necesario que no sólo el sueldo sea atractivo y coherente, sino que también haya otros aspectos que habrá que cuidar para mantener el interés del trabajador. tales como el reconocimiento profesional, la conciliación con la vida personal, la seguridad laboral, la posibilidad de promocionarse y que el trabajador se sienta escuchado, entre otras.

3. INFELICIDAD LABORAL

¿Quién no ha oído la afirmación de que un trabajador feliz es un trabajador más productivo? Exacto, porque justamente es así. Cuando una persona está contenta en su puesto de trabajo es mucho más difícil que se sienta tentada por ofertas externas. De hecho, en la mayoría de los casos ni se plantea el irse. Por lo que un trabajador que no se sienta feliz con su trabajo y con su empresa será mucho más proclive a marcharse. Mantener la felicidad en el trabajo no cuesta tanto. El caso es que se compone de detalles tan esenciales que muchas veces se pasan por alto o se dan por supuestos. Por ese motivo, en muchas ocasiones, no se trabaja lo suficiente. No cuidar este aspecto puede dar pie a nuestra fuga de talentos. Si quieres más información sobre este tema, te dejo el enlace al vídeo en el que te lo explico con más detalle.

4. LIDERAZGO INADECUADO

Un liderazgo basado en la imposición tampoco proporciona una posición cómoda para una persona talentosa. Se trata de modelos antiguos que es mejor dejar atrás para evolucionar y poderse adaptar al mundo del siglo 21. Para ello, es necesario primar la comunicación bidireccional y que no sea sólo el jefe quien dirija y ordene sino que también éste sea capaz de escuchar sugerencias y comentarios de las personas que lidera para poder avanzar juntos. Si se impone un régimen dictatorial más que colaborativo será mejor que haya una gran motivación por parte del trabajador (un buen sueldo, la posibilidad de promocionarse, etc.), porque sino éste acabará por cansarse e irse ya tenga o no otra oferta de trabajo.

Por cierto, si el tema del liderazgo es una cuestión que te preocupa o en la que te gustaría formarte, tengo algo que te va a interesar (pincha en la imagen):

5. MALA GESTIÓN DE EQUIPOS

Tal vez nos encontremos ante un líder que prime la colaboración entre los integrantes de su equipo de trabajo. Por desgracia, puede que con la intención no baste.

Un buen líder debe saber gestionar un equipo, detectar los distintos roles que lo componen, conocer las diferentes etapas por las que éstos pasan y adaptarse a esos cambios para que el impacto no afecte negativamente a las sinergias que se generan. Si no sabe gestionar un equipo, no le estará sacando el máximo partido e incluso podría sobrecargar a sus componentes. Tendría que evitar que se genere desidia entre ellos que obstaculice el buen funcionamiento del grupo. Dicho de otro modo, aunque un equipo de trabajo esté formado por talentos de primer rango si no existe alguien que adopte el rol de líder como tal se estará echando a perder todo el potencial que este grupo nos pueda ofrecer.

6. NO CONCILIACIÓN

El trabajador tiene que dejar de ser un número o un peón en el tablero estratégico del empresario para pasar a ser considerado la persona que realmente es. Un ser humano con una situación personal específica y con unas necesidades únicas para cada caso. Si el empresario o el gestor de los equipos tiene en cuenta algunos detalles y es más flexible con la situación de las personas que gestiona, seguramente hará que la motivación ascienda y que sea más complicado que nuestros talentos nos dejen.

En definitiva, no es necesario hacer grandes inversiones de capital. Ya hemos visto que el sueldo no es el único incentivo para retener el talento. Además, en muchos casos no es el motivo principal por el que las empresas pierden a estas personas tan valiosas y que les han costado tanto encontrar.

Lo ideal es crear una identidad corporativa de la que todos los que forman el equipo se sientan parte. Para ello será necesario realizar un análisis profundo que requiere un constante seguimiento y que permitirá generar ese sentimiento de pertenencia tan buscado y deseado por las grandes compañías. Por cierto, que este tema ya lo hemos tratado en otro vídeo. Te dejo el enlace por aquí para que le puedas echar un vistazo.

¿Eres de los que antes de ver el vídeo creía que el dinero era siempre la razón?Ahora que hemos analizado otros motivos, ¿se te ocurre algún caso en el que se haya ido alguien que realmente apreciabas a nivel laboral por un motivo como los que hemos visto? Si es así, después de ver el vídeo de hoy, ¿crees que lo podrías haber evitado? Si es así, no permitas que vuelva a pasar. Ahora ya tienes las claves, pero si te ha quedado alguna duda, me la puedes dejar en la caja de comentarios. Te aseguro que yo misma la leeré e intentaré darte respuesta.


Podcast

Si eres de los que prefiere escuchar el contenido sin tener que estar pegado a una pantalla, puedes acceder a él pinchando aquí.

La felicidad en el trabajo y sus 5 grandes beneficios

La felicidad en el trabajo y sus 5 grandes beneficios

Todo el mundo sabe que un trabajador feliz es mucho más productivo, sin embargo, este concepto en sí mismo parece algo muy abstracto y hoy quiero ser más concreta. El hecho de trabajar en un entorno favorable tiene múltiples beneficios para el conjunto de la empresa. ¿Sabes cuáles son? Aquí y ahora te voy a desvelar los 5 beneficios más destacables de mantener la felicidad en el trabajo.

TOP5 en los beneficios de la felicidad en el trabajo

1. Optimismo

Cuando somos felices vemos las cosas de manera distinta, con una luz más amable y siempre con la perspectiva positiva de las cosas, es decir, con el vaso medio lleno. Una persona que es feliz en su entorno de trabajo será mucho más propensa a buscar soluciones ante las adversidades. No será de las que ve más problemas que soluciones, más sombras que luces. Si fuese así, además contagiaría su pesimismo al resto y lo suyo sería poner trabas a posibles propuestas para salir del bache, por pequeño que sea. Por suerte o por desgracia, tanto el pesimismo como el positivismo se contagian fácilmente, por lo que siempre será mejor si contamos con gente optimista porque, sin duda, serán personas dignas de escuchar.

2. Osadía

Esta palabra solemos entenderla por su vertiente más negativa, pero en el ámbito laboral debe ser entendida como el sentimiento de alguien por proponer actuaciones no convencionales. Cuando un trabajador es feliz normalmente se siente más seguro de sí mismo y, por lo tanto, tiene más predisposición a explotar su talento natural, a proponer actuaciones no convencionales que pueden transformarse en una nueva vía de trabajo si se tienen en consideración. Si el trabajador está cohibido o se siente inseguro, será mucho más difícil que llegue a este punto de madurez y, por lo tanto, que el empresario pueda explotar ese talento en bruto que cada uno posee.

3. Relaciones interpersonales

Una persona de buen humor, alegre y optimista, sin duda será alguien que no tendrá mayores dificultades cuando se trate de relacionarse con las personas que forman parte de su entorno. Tal vez no sea quien inicie las conversaciones, pero seguramente sí sea alguien agradable con quien conversar y, por supuesto, alguien con quien será más fácil formar un equipo de trabajo.

4. Terapia antiestrés

La motivación sube, el compromiso también, el compañerismo será mucho más palpable y el nivel de estrés en los momentos que haya picos de faena será mucho más llevadero. Si el ambiente es negativo el estrés se dispara y sin duda entorpecerá la fluidez de trabajo y de ideas que ayuden a solucionar las situaciones complicadas.

5. Flexibilidad

Cuando somos felices también nos resulta más fácil adaptarnos a los cambios, pero cuando no lo somos todo se tornan problemas y nos resistimos mucho más. Con una plantilla positiva es mucho más fácil hacer cambios en la empresa para poder avanzar y evolucionar. Y, amigo, no me negarás que estamos en época de cambios, ¿verdad? Por lo que esta característica será muy preciada en nuestro equipo.

¿Qué nos hace felices en el trabajo?

Lo cierto es que una plantilla contenta siempre generará una energía mucho más positiva que una que no lo esté. Subirá el grado de motivación e implicación, por lo que la productividad mejorará y puede que influya también en la imagen corporativa. Para conseguir la felicidad en el trabajo no existe una receta milagrosa, dado que la realidad de cada empresa puede variar en función de muchos factores que suelen ser variables, pero parece ser que existen unos puntos en común que todo buen empresario debería tener en cuenta, tales como el sueldo, la flexibilidad horaria, el ambiente de trabajo y la posibilidad de promoción dentro de la propia corporación.

¿Sabías que existen empresas que tienen un Departamento de Felicidad además del de Recursos Humanos?¿Alguna vez te habías planteado la felicidad como un factor tan determinante dentro del entorno laboral?¿Tenías constancia de los beneficios que te acabo de plantear?

Camina sólo e irás más rápido, camina acompañado y llegarás más lejos.

Proverbio chino

¡Hasta pronto!

Malas prácticas en comunicación interna

Malas prácticas en comunicación interna

Estaremos de acuerdo en que todas las empresas van haciendo camino. Lo har ya sea de mejor o peor manera, pero todas intentan seguir adelante a pesar de las piedras con las que puedan ir tropezándose. Para conseguirlo, es imprescindible evitar caer en las 3 malas prácticas que hoy te quiero presentar.

Como sabes, un buen líder, por otro lado, también debe darse cuenta de cuándo surgen problemas en su equipo. Debe buscar una solución para evitar que vayan a mayores o que éstos interfieran negativamente en la sinergia que generan trabajando juntos. Así que, para contribuir con esta solución hay 3 malas prácticas que debes conocer y evitar a toda costa.

3 malas prácticas que debes evitar:

1. El silencio

Lo que pasa si lo aplicamos:

Imagina que has tenido un problema con un cliente importante y éste ha decidido no pagarte hasta más adelante. Si tu empresa es pequeña, probablemente eso implique que este mes no tengas suficiente dinero para pagar las nóminas. Imagina que decides callar y no comentar nada con nadie porque crees que hay una solución alternativa y que no es necesario alborotar el gallinero. Pero los días pasan, la fecha de cobro también y se empieza a generar un malestar en la empresa que provoca murmullos, habladurías, rumores, etc. Se trata de toda una serie de ruido que no ayuda en la percepción corporativa de los propios trabajadores. Además, se convierte en algo que no para de entorpecer la producción normal de cada uno de ellos.

En un panorama en el que el desánimo se va apoderando de la situación, la motivación baja exponencialmente y poco puedes hacer para evitar el declive; no les puedes exigir que trabajen duro cuando eres la primera persona que les ha fallado.

Si llegados a este punto no haces nada, será una situación que te provoque un gran estrés porque cada vez te será más difícil cumplir con objetivos corporativos, seguir teniendo un buen nivel de ingresos y, por lo tanto, generar los beneficios que salvarían la situación. Ya no sería cuestión de encontrar una fuente de ingresos alternativa para paliar el daño causado, sino de que todos entiendan que vais en el mismo barco y de que si se hunde os iréis todos a la deriva.

Por este motivo, el silencio es considerada la peor de las malas prácticas.

Lo que pasa si renunciamos a esta mala práctica:

Ahora imagínate en la misma situación, pero con la diferencia de que decides convocar una reunión o asamblea (dependiendo de la morfología de tu empresa) para comunicar a tus empleados cuál es la situación. Sin intermediarios. Dando la cara y dejando claro que es un problema de la empresa que os afecta a todos. Pidiendo paciencia. Respondiendo a sus dudas y miedos. Incluso, pidiendo su creatividad para aportar ideas que os permitan salir del bache más rápidamente. Tal vez te parezca un poco osado, pero ¿puedes llegar a imaginarte cómo se sentirán ellos?

Si optas por esta vía te ahorrarás los falsos rumores, el mal ambiente generado por la incertidumbre, no tendrás que ir “escondiéndote” para evitar dar la cara porque ya lo habrás hecho, etc. Y lo mejor de todo: a pesar de los pesares tendrás tu consciencia más tranquila.

En cuanto a los trabajadores, seguramente no saldrán dando saltitos tras recibir tan malas noticias, pero al menos sabrán lo que hay y se irán con la sensación de que su jefe está haciendo todo lo posible por solucionarlo. Es más, los que de verdad tengan un sentimiento de implicación con tu empresa serán los primeros que se te acercarán con ideas y posibles soluciones. Contar con estos trabajadores comprometidos no te exime de continuar buscando soluciones, por supuesto. Sin embargo, lo que te digan puede ser tan sorprendente como aplicable; así que te aconsejo que les escuches.

Con este segundo escenario evitarás tener una plantilla que vaya cebando un problema como si fuese una bola de nieve a base de miedo, incertidumbre, rumores y suposiciones. Piensa que estas bolas suelen crecer sin control y pueden llegar a aplastar todo lo que encuentren en su camino.

2. El “pasapalabra”

Aunque es una mala práctica muy parecida al silencio no es exactamente lo mismo. En este caso, eres consciente de que debes dar explicaciones cuando se presenta un problema importante que afecte al conjunto empresarial, pero decides dar información confusa. Tal vez optes por contar medias verdades, tal vez inventándote una situación que no existe para justificar el problema,… pero sin asumir las responsabilidades que realmente deberías. Otra práctica muy común es echar balones fuera y hacer que sea otro el que asuma la culpa. O también alegar que no sabes los motivos de según qué, por ejemplo. Dicho de otro modo, sí que estarás dando respuesta a tus empleados, pero no las suficientes o no las reales.

Si decides proceder así, posiblemente sea porque tengas el convencimiento de que con eso que les has contado ya tengan suficiente información. Que dichos argumentos te proporcionarán tiempo para resolver el conflicto. Que de esta manera te ahorrarás la vergüenza o el mal trago que te pueda suponer que se sepa la verdad y evitar asumir públicamente tus propios errores. Pero ¿qué harás si la situación se alarga y los empleados se empiezan a dar cuenta de que la versión que les diste hace aguas? Entonces tendrás un problema doble: ya no sólo tendrán la sensación negativa de que les han tomado el pelo sino que además perderán la confianza que tenían en ti. No se me ocurre nada más grave para un líder. La confianza cuesta mucho ganársela y muy poco perderla. Y, además, cuando se pierde es muy difícil de recuperar. Además, en el caso de un líder, también pierdes credibilidad y autoridad. Esto implica que cualquier cosa que digas a partir de entonces será puesta en duda; sin importar se algo positivo o negativo.

La pérdida de confianza y la pérdida del respeto están separadas por una línea muy delgada que es muy fácil de traspasar cuando existen situaciones tensas. Así que esta mala práctica no es algo que debas pasar por alto.

3. La incertidumbre

No hay cosa que nos de más miedo que aquello que no conocemos. ¿Sabes por qué? Pues porque cuando tenemos una laguna de conocimiento nuestro cerebro y nuestra imaginación toman el control y llenan ese vacío. Y déjame recordarte que la imaginación humana no conoce límites.

La incertidumbre es un efecto colateral de las otras dos malas prácticas: la dirección de la empresa no da explicaciones ante una situación complicada o problemática o si las da es ambigua o se esconde tras una mentira o media verdad. Cuando las cosas no están claras la imaginación de la plantilla empieza a volar y aparecen teorías que podrán tener más o menos aceptación entre los demás, predicciones sobre cómo desembocará la situación, elucubraciones sobre cuál será el siguiente paso, etc. Y si el trabajador llega a la conclusión de que no vale la pena continuar en esa empresa buscará la manera de marcharse. Y no dudes en que si la cosa no mejora, tarde o temprano lo hará.

Estoy segura de que cada uno de tus empleados es para ti como una joya de coleccionista, siempre y cuando cuentes con una plantilla que consideres bien seleccionada. Por lo que no creo que te haga gracia que se vayan por un asunto como los que hemos mencionado. Date cuenta de que podríamos estar ante una fuga de talentos muy importante provocada por una situación de incertidumbre descontrolada y provocada por cualquier detalle que desate un malestar general. Si contases con una buena comunicación interna, detectarías estas situaciones rápidamente y tendrías un margen de maniobra más que generoso para evitar llegar a estos extremos. Si no cuentas con esta herramienta, probablemente ni siquiera entiendas a qué se deba el malestar. Dicho de otro modo: verás cómo tus empleados cualificados, los que saben cómo funciona todo, los que te permiten generar beneficios; se irán descontentos y no acabarás de entender por qué.

Malas prácticas

Podcast

Si prefieres escuchar el contenido de esta entrada y llevártelo puesto, puedes hacerlo en este enlace: https://www.ivoox.com/malas-practicas-audios-mp3_rf_56144911_1.html

5 síntomas de alarma que no deberías dejar pasar como líder

5 síntomas de alarma que no deberías dejar pasar como líder

Antes de entrar a desgranar esos síntomas de alarma, ¿sabías que cuando automatizamos ciertos procesos dejamos de tener el control sobre ellos?

Muchos accidentes de tráfico se producen porque el conductor se confía en su experiencia y se despista fácilmente. Es decir, se producen en trayectos de esos que se realizan a diario. En cambio, cuando nos toca conducir hacia un destino al que no conocemos, tenemos los 5 sentidos al 110% para evitar perdernos o liarla, así que nuestras probabilidades de siniestro se reducen a pesar de la inseguridad. Entonces, ¿por qué automatizamos? Pues porque nuestro cerebro nos quiere liberar de tanta tensión y para conseguirlo simplemente automatiza acciones recurrentes y así libera espacio mental.
Con la comunicación interna ha habido un proceso similar. Porque todos los empresarios damos por hechas muchas cosas, cuando nada nos indica que realmente sean así.
Tal vez te parezca una afirmación un tanto enrevesada, pero si sigues leyendo seguro que lo entenderás mucho mejor.
¿Por qué las empresas grandes tienen un departamento de comunicación y las pequeñas y medianas no? La respuesta es fácil: cuando hay que gestionar equipos más numerosos la comunicación interna se complica, por lo que es preciso asignar cierto control para evitar el efecto bola de nieve.

Estarás de acuerdo conmigo en que lo más complicado de ser empresario es gestionar los recursos humanos. Y es que las personas somos muy complejas… Por ello, hoy te quiero dejar 5 síntomas de alarma que deberán hacerte reflexionar sobre tu gestión de la comunicación interna como líder.

Pero antes, quiero que sepas que si eres de los que prefiere que se lo expliquen puedes ver el vídeo correspondiente a esta entrada en el que te lo explico todo.

Los 5 síntomas de alarma:

1. Escasez de colaboración y compromiso

Es tu obligación asegurarte de que los empleados sepan cuáles son la misión, visión e incluso los valores de tu empresa. Piensa que con ello, tienen que tener claros los parámetros entre los que se debe establecer la labor de cada uno de ellos. También es necesario que tengan en cuenta los objetivos intermedios, los marcados para cada periodo y que entiendan que forman parte de algo más grande, que se sientan parte de ello. Si además, les haces partícipes del proceso evolutivo de la empresa, será mucho más fácil que se sientan parte de ella, que se la sientan un poquito suya y que, por lo tanto, se genere cierto compromiso por su parte.

2. Rumores falsos e información errónea

Las personas necesitamos comunicarnos y más en una empresa en la que se precisa el trabajo en equipo de muchas personas para conseguir que la maquinaria funcione adecuadamente. Por este motivo los procesos comunicativos deben ser claros y seguir unos protocolos seguros. No es bueno ni sobreinformar ni la escasez de información. En el primer caso porque corremos el riesgo de que el receptor pierda el interés en las comunicaciones que le lleguen (y entre en modo automático) y en el segundo porque se generan lagunas informativas que dan pie a rumores y a información errónea.

Te darás cuenta de que entramos en terreno pantanoso, ¿verdad? Porque según cómo sea esta información no veraz puede afectar al trabajo, al ánimo, al ambiente de trabajo e incluso a la imagen corporativa de tu empresa. Dicho de otro modo, si te llega alguna información de esta índole harías bien en indagar en su origen más que en ignorarla. No para buscar un culpable, sino para entender por qué se ha producido. Es necesario tener en cuenta que estas situaciones también son fuente de desconfianza y que hacen que la empresa pierda autoridad y te aseguro que en momentos complicados la falta de autoridad se paga bien cara.

3. Desmotivación y fuga de talentos

Supongo que estarás de acuerdo conmigo en que encontrar a personas con un perfil específico cada vez cuesta más, ¿verdad? Sin embargo, es genial cuando por fin la encuentras y además entablas una relación fructífera con ella; simplemente, todo fluye.

Ahora imagínate que la comunicación interna no es buena y esta persona extraordinaria que te ha costado tanto encontrar (o formar), cada vez se encuentra más incómoda. Sin que te des cuenta, poco a poco se irá desmotivando y probablemente, si no se toma ninguna medida al respecto, acabe por perder el interés y se vaya. Si sabes lo que eso supone, seguro que has notado un pinchazo en el estómago, porque fugas así duelen, sobre todo si las podríamos haber evitado. Así que si notas cualquier síntoma de desánimo, no dudes en preguntar, informarte adecuadamente, estudiar la situación y tomar las acciones que creas convenientes. Porque, sinceramente, no me creo que te vayas a quedar de brazos cruzados mirando cómo se va, con lo que te costó encontrar ese perfil en concreto.

4. Clima laboral cargado

Si la comunicación no es sana, es fácil encontrarse con pequeños conflictos diarios generados por malentendidos, información errónea, mensajes que no llegan a quien tienen que llegar, etc. Son pequeños detalles que dificultan el trabajo diario, pero que cargan de sobremanera el clima laboral. Es aquello que “se palpa en el ambiente.” No me negarás que con una atmósfera así es muy complicado trabajar, ¿verdad? Además, es muy fácil que los trabajadores se desmotiven y rindan menos.

Si te soy sincera, lo cierto es que este rasgo es típico de una serie de malas prácticas que dan como consecuencia una situación que es difícilmente sostenible y de la que cualquiera en su sano juicio querría escapar.

5. Desorientación

Y así llegamos al último síntoma, pero que esté en quinta posición no implica que sea el menos importante, muy al contrario.

¿Tienes bien definido tu organigrama? ¡Perfecto! Porque tener un organigrama claro y determinar las funciones y las responsabilidades de cada miembro es fundamental para el buen funcionamiento de la empresa en su conjunto. Si ves personas que dudan, que no tengan claro lo que tienen que hacer, a quién dirigirse cuando les surja un imprevisto, etc.; querrá decir que tu organigrama no es tan cristalino como creías. No te preocupes, estas cosas pasan más de lo que nos imaginamos. Simplemente revisa lo que creas conveniente para subsanar esto.
Visto así no parece la gran cosa, pero te aseguro que esta claridad es necesaria para evitar pérdidas de tiempo o de información, errores y un conjunto de acciones que simplemente reflejarían una mala imagen y/o pérdidas económicas. Si es algo puntual, no hay problema, pero si es algo recurrente, deberías prestarle una especial atención.

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