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¿Cuántas veces hemos oído hablar de la crisis postvacacional? Cada verano vemos y oímos cómo expertos desgranan lo que es, cómo nos afecta, nos dan algunos trucos para superarla, etc. Pero cuando eres tú quién debe tirar del carro y debes dirigir una empresa llena de personas con estos síntomas, la cosa no es tan sencilla como la pintan. En este artículo vamos a solventar dudas y dar algunas soluciones en las que, tal vez, no habías pensado.

Qué es la crisis postvacacional

No podemos continuar este artículo sin primero hacer una breve descripción de lo que es. Pero para ello antes deberemos analizar un poquito la raíz del problema y así poderlo entender mejor.

¿Quién no está deseando que lleguen las vacaciones para “desconectar”? La mayoría de personas no solo esperan las vacaciones, sino también los festivos, los puentes e incluso los fines de semana. Y es que en este país trabajamos mucho y el descanso también es necesario, pero en verano este concepto se desvirtúa un poquito: no solo contamos con un espacio de tiempo que nos permite hacer las cosas a otro ritmo e incluso hacer cosas que no hacemos el resto del año, sino que también permite que “desconectemos” del trabajo y eso implica que en algún momento tocará volver a “conectar”.

Es justamente en este punto cuando se produce la crisis postvacacional; cuando te ves obligado a dejar de hacer todo lo que querías cuando querías a tener que volver a una rutina y estar actuando en función a unas órdenes, objetivos, tareas, etc. Esta acción de “reconectarse” al trabajo es lo que produce esta depresión laboral.

La crisis postvacacional para los empleados

En este punto no nos vamos a extender mucho porque la mayoría de medios se centran en él (básicamente, porque la mayoría de trabajadores son asalariados).

Simplemente diremos que es un problema que se debe tratar con una buena comunicación interna. Es necesario para evitar que esa crisis postvacacional sea un proceso duro. Ni para ellos ni para el empresario y que y así evitar que afecte al buen funcionamiento de la máquina corporativa.

La crisis postvacacional para los empresarios

Eres el líder, quien mueve los hilos de tu empresa, el máximo responsable de que ésta siga adelante y también el que se lleva las mayores satisfacciones cuando todo funciona adecuadamente. Pero todo ello es una gran carga que la mayoría de las veces no está realmente valorada por los trabajadores. No vamos a exagerar diciendo que tienes sus vidas en tus manos, pero la verdad es que tu empresa está dando de comer a tu familia y a otras tantas y eso representa una responsabilidad enorme que no todo el mundo alcanza a entender. Por esa regla de tres, tú también tienes derecho a unas vacaciones que te permitan “desconectar” y descansar un poco, ¿no crees?

Visto así parece fácil, pero la realidad es que muy pocos empresarios lo consiguen. La mayoría se pasa las “vacaciones” trabajando, aunque sea bajando el rendimiento o el número de horas al día. Sí, amigos, la realidad es así de cruda. Y lo peor de todo es esta dichosa crisis postvacacional que afecta a la mayoría de los trabajadores. O sea que hace aún más dura esa vuelta a la rutina.

Reiniciar la máquina

Pongámonos en situación, empresario. Llevas un par de semanas intentando desconectar de tu empresa sin éxito y, ahora que vuelves a la rutina y que por fin dejas atrás esa especie de sentimiento de culpa que no te ha permitido disfrutar de tus vacaciones como te hubiera gustado, te encuentras con una plantilla en la que hay de todo, pero en la que sobre todo impera ese sentimiento de… llamémosle tristeza por haber tenido que dejar de disfrutar de su tiempo libre al 100%.

Sí, amigo, esto es la crisis postvacacional y el verdadero problema no es padecerla sino lidiar con ella.

Es curioso, ¿verdad? Porque, si generalizamos, el empresario no solo no acaba de “desconectar” del todo durante sus vacaciones sino que además se siente en paz y con energías renovadas cuando consigue volver a su rutina. En cambio a los trabajadores les invade la tristeza, la apatía e incluso parecen tener la piel más fina cuando llega la reincorporación. Estamos hablando de estados emocionales y, por lo tanto, se deben tratar desde el mismo prisma. Hay que entender que empleador y empleado se encuentran en diferentes etapas del mismo proceso.

La comunicación interna como solución

No sé si te habrás dado cuenta, pero este país se paraliza con la llegada del mes de agosto. La mayoría de empresas deben cerrar por un período determinado o bien bajar su rendimiento. Por lo que evitar un lapso tan largo de letargo laboral es prácticamente imposible; muchas cosas tendrían que cambiar para ello pero aquí no vamos a hablar de supuestos, al menos no en esta entrada al blog. Por lo tanto, teniendo en cuenta que la situación que provoca la crisis postvacacional es inevitable, no nos queda otra que intentar paliar sus efectos negativos.

La verdad es que el trabajo en comunicación interna para evitar este problema se tiene que hacer antes de llegar a este punto. Se trata de un método proactivo que nos permite evitar situaciones venideras, las que aún están por llegar. Si contamos con una buena comunicación interna, si ésta es sana dentro de la empresa, lidiar con este y otros problemas es mucho más fácil. ¿Desaparecen? Probablemente no al 100%, pero si serán mucho más pequeños y sin duda infinitamente más fáciles de solucionar.

Hagamos la analogía con un árbol. Imagina que tienes uno plantado delante de una ventana y lo riegas y le das los cuidados mínimos para que vaya creciendo. Sin duda, éste crecerá. Ahora bien, ha pasado un tiempo y te das cuenta de que hay una rama incipiente hacia tu ventana. Que si no le pones solución acabará por entrar en tu casa y darte problemas. ¿Qué hacer? Pues si te das cuenta pronto, tal vez la rama sea lo suficientemente tierna como para redireccionarla aunque posiblemente no tengas los conocimientos necesarios para hacerlo bien y ésta acabe por secarse. Lo que está claro es que si dejas pasar los días y no haces nada esa rama tomará fuerza y el día que realmente no te permita cerrar la ventana no te quedará más remedio que cortarla. Ahora pasemos este supuesto a la comunicación interna de tu compañía. 

Tu empresa ya está crecida, ya te da cobijo y aproximadamente después de Semana Santa te das cuenta de que esa rama tan molesta no está ahí aún pero que en unos meses muy probablemente aparecerá. Que poco después ya no te dejará cerrar la ventana. Que ya tendrás la crisis postvacacional instalada. La comunicación interna te permitirá ver ese brote cuando aún se puede extirpar sin dejar cicatriz en el tronco. Podrás llevar a cabo las acciones necesarias para que así sea. Como hemos explicado antes, si no le prestas atención, si dejas que pasen los meses sin tomar ningún tipo de medida, cuando llegue el mes de agosto te encontrarás con lo mismo que el año pasado.

Si no haces cosas distintas no esperes resultados diferentes.

Qué hacer si ya estamos en modo crisis postvacacional

Aunque, como hemos apuntado anteriormente, lo ideal es actuar antes de que se produzca el problema, lo cierto es que desde la comunicación interna se pueden llevar a cabo varias acciones para que este periodo sea más llevadero para todos, a pesar de que ya tengamos aquí la crisis postvacacional. Veamos algunos:

  • Permíteles “perder” el tiempo, pero con mesura. Es un poco como la vuelta al cole, ¿verdad? Te reencuentras con compañeros que hace días que no ves, te cuentas las batallitas de lo que estuviste haciendo, etc. No seas estricto, sobre todo los dos primeros días. Piensa que se tienen que poner al día en estas cosas pero también en las tareas que les unen. Este momento socializador te permitirá mantener un equipo cohesionado que rendirá mucho más que uno que no lo está. Tómatelo como una inversión en la que al principio parece que no produce pero que no tardará en darte fruto.
  • Dosifica la información. Por muchas ganas que tengas de ponerte manos a la obra y de volver a trabajar al mismo ritmo que el que llevabais antes del parón estival es un error empezar a tope. Ten en cuenta que tú no has podido “desconectar” al mismo nivel que tus empleados y, por lo tanto, no se encuentran en el mismo punto de reincorporación que tú. Evidentemente que estamos hablando del funcionamiento de una empresa, no del patio del colegio, y que hay que ponerse a trabajar cuanto antes, pero no puedes exigir que estén al 100% desde el minuto 1. O sea que lo suyo sería convocar reuniones para coordinar personal y tareas desde el primer día pero sin que éstas sean largas y/o duras y progresivamente incrementar el nivel de exigencia.
  • Poner el foco en la motivación. Teniendo en cuenta que la crisis postvacacional es básicamente un estado de ánimo, la mejor manera de combatirla es a través de las emociones. ¿Por qué tus trabajadores están en tu empresa? ¿Por qué estas personas y no otras? Como buen líder que eres, tienes que transmitirles/recordarles las respuestas a esas preguntas y reforzar ese lazo que os une; tienes que darles motivos no sólo para que vengan a trabajar, sino para que lo hagan contentos, con ganas. Durante las vacaciones probablemente hayan olvidado esas cosas, pero si se las recuerdas seguro que cambian su actitud en mayor o en menor grado. Lo que sí que está claro es que sin duda habrá un impacto positivo.

Tenemos una buena y una mala noticia

La crisis postvacacional no es un estado psicológico por lo que tras superar un breve periodo de adaptación, que en este caso puede durar uno dos días (máximo una semana), el trabajador volverá a su rutina y a su estado emocional habitual. Sin embargo, si te das cuenta de que alguno de tus empleados no acaba de superar el bache tal vez sea un indicador de que no se trata de la célebre crisis postvacacional sino de algo mucho más grave y profundo. Si te trabajas la comunicación interna de tu empresa lo verás antes de que empeore, si valoras a tu trabajador intercederás para ayudarle, si este no es tu caso no podrás controlar cuáles serán las consecuencias. ¿Vas a dejarlo al azar? Sabes que no sería la mejor opción. 

Si quieres más información, si te interesa mejorar la comunicación interna de tu empresa o si tienes alguna duda al respecto nosotros te ayudaremos. Ponte en contacto con incom4corp a través de nuestro formulario de contacto que encontrarás al final de esta página o bien a través de nuestro correo electrónico y te asesoraremos. Porque no existe la panacea que todo lo cura ya que cada caso es distinto y único y, por lo tanto, las acciones necesarias serán diferentes en una u otra empresa. Tenemos el abono que tu árbol necesita para crecer sano y fuerte.

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