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Es posible que en algún que otro momento me hayas oído hablar del salario emocional y, aunque haya explicado muy por encima lo que era nunca había entrado al detalle. Pero eso lo vamos a solucionar aquí y ahora. Porque hoy toca artículo express y te voy a explicar en qué consiste el salario emocional y cómo lo puedes aplicar en tu empresa.

El concepto

Aunque no hayas oído hablar nunca del salario emocional es probable que simplemente el nombre te evoque ciertas teorías. Pero para ir al grano te diré que se trata de una compensación que no es estrictamente económica, pero que representa un gran valor para la persona que la percibe. ¿A qué me refiero exactamente?

Existen varias formas de salario emocional, pero no todas son válidas. Yo te voy a dar algunos ejemplos, pero lo que yo te diga hoy no va a ser precisamente la panacea y te explico por qué con un ejemplo.

Imagina que tienes un trabajador que se está divorciando y que está luchando para conseguir la custodia compartida de sus hijos. ¿Qué crees que este chico valorará más: que le permitas flexibilidad horaria para conciliar o que le propongas un programa de crecimiento dentro de la empresa?

Imagina ahora que tienes a un joven que vive aún con sus padres, pero que tiene un gran potencial y mucha energía. En este caso, ¿qué crees que valorará más: la flexibilidad horaria o el plan de crecimiento?

Y como estos casos infinitos.

Piensa que el salario emocional les estará ofreciendo un balance entre su propia vida y su psique.

Cómo llegar a dar en el clavo

Para afinar la puntería y acertar con lo que tus trabajadores y colaboradores quieren tienes dos opciones. La primera opción que tienes es aplicar el concepto de prueba y error. Si eres de los que quieren probar las cosas para ver si funcionan o no, si eres de los que pasan a la acción y después modifica la estrategia; adelante. Pero ya te adelanto que yo iría por la segunda opción.

¿Y cuál es?

Pues, simplemente, preguntar. Y no te estoy diciendo que les preguntes directamente “¿qué quieres?”, me refiero a que te acerques a ellos, a que te preocupes por su situación personal, por el trabajo que estén realizando, por saber cuáles son sus expectativas para con la empresa, etc. Cuanto más los conozcas más fácil te será acertar con ese plus que representa el salario emocional.

Por qué aplicarlo

Si eres de los que piensa que esto no son más que pamplinas, por favor, abandona la sala ahora mismo. ¡Ya! Pero como sé que no es así, porque sino ni siquiera habrías empezado a leer este artículo, supongo que también querrás saber cuáles son los beneficios de recibir este tipo de compensación, ¿verdad?

Bien, pues contar con este tipo de salario hace que suba el grado de felicidad en el trabajo. También contribuye a que crezca el sentimiento de pertenencia, motiva la identidad corporativa y además incrementará el grado de compromiso. Además de que conseguirás bajar el ausentismo laboral, dispararás la productividad y la innovación hasta límites insospechados. Pruébalo y me cuentas. Pero, ya te aviso que no es una teoría que funcione con el 100% de las personas, aunque sí que lo hace con un alto porcentaje. Más de un 90%. Y lo mejor es el retorno que tendrás por su parte; a medio y largo plazo vas a notar un cambio que ahora mismo no te puedes ni imaginar. Es más, si eres de los que, de alguna manera, ya aplican este tipo de complemento salarial estoy segura de que sabes de lo que hablo y me encantará que me lo expliques en la caja de comentarios. Así me ayudarás a convencer a los escépticos (guiño).

El artículo de esta semana se acaba aquí, pero estoy segura de que te has quedado con ganas de ver más ejemplos, ¿me equivoco? Tranquilo, ya lo he previsto. Por eso he preparado una infografía descargable para que tengas una guía de las posibles variantes del salario emocional que podrías aplicar. Pero recuerda que no todas valen para todo el mundo.