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Tanto la comunicación interna como la externa existen en tu empresa (por mucho que las puedas ignorar), se producen a diario y además forman parte de tu imagen de marca. Sí, existe esa interrelación. Es decir, que si eres de los que se han currado un logo súper chulo y después no presta atención al tipo de comunicación que usa, la imagen de marca seguirá siendo mediocre o peor.

La comunicación externa

Tal vez dicho de este modo no la reconozcas. Pero la comunicación externa es básicamente es toda la que se produce desde la empresa hacia afuera. Para ilustrarlo un poquito mejor podríamos hablar de acciones como la publicidad, los colores corporativos, las notas de prensa, los eventos que organiza la empresa, la atención al cliente, la gestión y publicaciones en redes sociales y un larguísimo etcétera.

¿El marketing? Por supuesto. El marketing también forma parte de la comunicación externa, pero, como ves, no lo es todo.

La comunicación interna

Como podrás adivinar, la comunicación interna es la que se produce desde la empresa hacia la propia empresa. Y no importa que seais 3 o 30, porque ésta se produce constantemente. En este sentido y para que no quede lugar a dudas, no sólo me refiero a los comunicados oficiales, no únicamente a la que se transmite desde la gerencia hacia el resto, sino a TODA la comunicación que se produce dentro de tu empresa. Y visto así tal vez te parezca una locura. Y así es, porque estamos hablando de lo que podría ser un gran flujo de información. Pero no te asustes, que vamos a ir pasito a pasito.

La comunicación corporativa

Ahora que ya hemos definido, aunque muy brevemente, las dos variables de la comunicación corporativa, vamos a ver qué tienen de especial. 

Supongo que no es necesario que te explique por qué las empresas hacen marketing, ¿verdad? A esto se le llama comunicación estratégica y recibe este nombre porque se produce con el fin de alcanzar un objetivo. Puede que para conseguir alcance, para proyectar una imagen de marca o para lo que sea, pero a nivel externo.

Bien, pues a nivel interno también debemos mantener una comunicación estratégica. ¿Para qué? Pues para conseguir lo que queramos proponernos a nivel interno: motivación, cohesión de grupo, promover la creatividad, la resolución de problemas… Lo que tú quieras. 

En cualquier caso, y en cualquiera de los dos tipos de comunicación corporativa, cuando tienes un objetivo claro, lo que haces es señalar dónde quieres llegar y, por lo tanto, trazas un camino. Para seguirlo debes designar algunas tareas o acciones a llevar a cabo. Y a este conjunto de pasos se le llama estrategia. Por eso, la comunicación corporativa no es un simple intercambio de información, como algunos creen.

Prestando atención a sólo una de ellas

Está claro que si ahora mismo te preguntara en cuál de las dos inviertes más tiempo y dinero me dirás que en la comunicación externa. Y lo cierto es que es normal porque existe mucha más gente fuera que dentro y, por lo tanto, el flujo de información debe ser mayor. Pero, ¿y si te preguntara cuál es la inversión que haces en comunicación interna? ¿Cuál sería tu respuesta? Porque, sí, amigo mío, normalmente la comunicación interna es la gran olvidada. Pero que no le prestes atención no hace que desaparezca. Sigue ahí y, como te he dicho, se produce constantemente. Y te digo más, la interrelación que existe entre ambas tiene más repercusión de lo que crees. Sin embargo, cuando nos referimos a comunicación interna, en la mayor parte de los casos, el problema está en que no se la convierte en comunicación estratégica y se pierde la posibilidad de utilizarla para alcanzar objetivos corporativos.

Interrelación entre los dos tipos de comunicación

Si tienes al personal insatisfecho y desmotivado, ¿crees que no afecta a tu reputación? ¿Crees que este malestar no se transmitirá a la esfera externa? ¿De verdad crees que la percepción que se tendrá de tu empresa no se verá afectada por esto? En este caso, no estarías cuidando la comunicación interna y te estaría afectando a nivel interno, por supuesto, pero también tendría consecuencias a nivel externo.

Por otro lado, si la comunicación externa la lleva a cabo tu cuñado o tu primo porque te hacen muy buen precio pero no son profesionales de esto, ¿no crees que las personas que trabajan para ti (las que saben estos detalles) tendrán una percepción mediocre de tu imagen de marca? ¿Estás seguro de que esa información no saldrá del núcleo corporativo? ¿Es esa imagen de mediocridad lo que querías conseguir cuando aceptaste la ayuda de tu familiar o amigo? Estoy segura de que eres más ambicioso que eso y que cuando trabajas en asuntos dirigidos a tantas personas, no te quieres arriesgar tanto. Pero, como ves, tus acciones en comunicación externa también afectan a la esfera interna. De ahí la interrelación a la que apelo en todo momento.

La una existe junto a la otra y eso es algo que no podemos cambiar. Así que sólo nos queda lidiar con ello lo mejor posible. Si sabes las normas del juego te será mucho más fácil ganar las partidas.

Lo cierto, es que a simple vista no parecen detalles importantes, ¿verdad? Pero si los vas sumando, poco a poco, te van restando puntos y te van alejando de lo que quieres conseguir como empresario. Menos mal que no todo son malas noticias, porque conociendo esta interrelación está en tu mano darle la vuelta a la tortilla y convertir la comunicación que se produce en tu empresa en comunicación estratégica de verdad.