Qué es la cultura de empresa
Es difícil crear algo cuando ni siquiera sabemos qué es. Sin embargo, aunque nunca le hayas prestado atención a la cultura de empresa, te aseguro que ya la estás creando. Las personas y las corporaciones, que recordemos están formadas por personas, comunicamos constantemente. Incluso cuando no queremos comunicar. De hecho, la comunicación humana es tan compleja que no para de generar interpretaciones erróneas y malentendidos si no se gestiona adecuadamente.
Cuando hablamos del entorno corporativo solemos centrarnos en la imagen de marca que básicamente es lo que la empresa quiere transmitir, pero existe otro concepto y me refiero al posicionamiento. Es decir, la percepción y el grado de valor recibido por cada una de las personas que entran en contacto con nuestra empresa. Es decir, nosotros como compañía transmitimos siempre el mismo mensaje, pero cada uno de los receptores lo interpreta a su manera.
La interrelación que se establece entre estos dos conceptos determinará cuál es la cultura de tu empresa. Pero lo más interesante de todo esto es la gestión que se lleve a nivel interno, ya que ésta nos permitirá generar una serie de valores, costumbres, creencias y prácticas propias de la compañía. Así nace la cultura de empresa.
Por dónde empezar
Como te he dicho antes, si tu empresa ya está en marcha, es imposible que ya tengas una cultura de empresa instaurada. Al igual que la comunicación, si se produce libremente, simplemente no tienes el control sobre ello. Sin embargo, si haces un manejo estratégico de la misma, puedes redirigir esa cultura de empresa para conseguir objetivos a nivel interno que mejoren el ambiente de trabajo, motiven al personal, refuercen los lazos laborales, etc. Pero de los beneficios, hablaremos un poquito más tarde…
Lidera con el ejemplo
Para empezar, y sin importar el punto en el que te encuentres, el primero que debe dar ejemplo eres tú. Por lo tanto, como líder, tienes que ser el primero en hacer las cosas que quieres que el resto haga. Es decir, si quieres que se creen espacios de diálogo, haz todo lo que consideres necesario para que los demás los encuentren. Es más, motiva que lo hagan. Invítales a un café y charla con ellos, por ejemplo.
Misión, visión y valores
Por otro lado, tienes que asegurarte que tanto la misión como la visión y los valores de la empresa son elementos que todo el mundo conoce. Y más importante, no sólo eso sino que además los compartan. Tienen que entender el motivo por el cual están ahí y qué pueden aportar ellos al conjunto del proyecto corporativo. Para conseguirlo también te aconsejo que siempre que sea posible motives su involucración en los proyectos y cuentes activamente con sus aportaciones a la empresa. Es decir, que cuando haya que tomar decisiones o consideres que hay que cambiar alguna cosa, incites las lluvias de ideas o que de alguna manera sientan que su opinión es importante. Si se sienten escuchados, hablarán más, sentirán que se les tiene en cuenta y eso hará crecer su sentido de pertenencia, su compromiso y su nivel de ejecución. ¡Qué más se puede pedir!
El conjunto ante las individualidades
Otro punto a tener en cuenta es que siempre tienes que compartir los logros alcanzados para que se perciban como un éxito del grupo y celébralos con ellos para que ese sentimiento se arraigue todavía más. En el caso de los fracasos, tienes que hacer exactamente lo mismo: considerarlos como una mala praxis grupal y no buscar a quién señalar para lapidarlo en la plaza del pueblo. Si quieres crear cultura de empresa debes empezar a dejar de lado las individualidades y pensar en el conjunto.
Por qué crear cultura de empresa
Existen varios beneficios que creo que realmente debes considerar para tomarte en serio esto de lo que estamos hablando hoy. El primero de todos, es que fomentarás el sentido de pertenencia al grupo porque las personas de tu compañía, si van en línea con lo que defiende tu cultura de empresa, se sentirán identificadas y agusto con todo esto. Cuanto mayor sea el grado de identificación, mayor será el grado también de compromiso, motivación y eficiencia.
El segundo gran beneficio es la inversión no monetaria tan brutal que estarás haciendo en endomarketing. Que si no sabes lo que es y te interesaría indagar, te dejo el enlace por aquí para que lo veas. Pero a grandes rasgos te adelanto que consiste en que tus propios trabajadores y colaboradores hagan de embajadores de tu empresa. Vamos, que vayan por ahí diciendo las mil maravillas de la compañía de la cual forman parte.
Esto tiene un efecto mariposa increíble que repercutirá en la reputación de tu empresa y además contribuirá a que atraigas al talento. Si tus empleados sólo tienen buenas palabras para definir el lugar en el que trabajan, ¿no crees que despertarán el gusanillo en aquellos que quieran cambiar de trabajo o incorporarse al mundo laboral?
Como ves, y como te he comentado al principio, la cultura de empresa es un jardín muy amplio que deberás explorar en función de tu sector, del tipo de estructura corporativa que tengáis y de los procesos que sigáis en tu compañía. Además, no es algo que lograrás instaurar la semana que viene, sino que se trata de un proceso que os va a llevar tiempo. O sea que es cuestión de ponerse manos a la obra y empezar con cosas pequeñas para conseguir grandes logros.
Comentarios recientes