¿Crees que en tu empresa mandas sólo tú y que justamente en ti recae el peso de la toma de decisiones y responsabilidades? O, por el contrario, ¿eres de los que piensan que todos sois iguales y que todos dais la cara por todos? No te rompas el coco; es cuestión de jerarquía corporativa.
Seas del pensar que seas aquí no te voy a decir lo que está bien o lo que está mal, pero sí quiero presentarte el concepto de jerarquía corporativa y mostrarte por qué es tan importante que lo tengas en cuenta en tu empresa.
La jerarquía corporativa
No es más que el orden que se decide o se establece en el entorno empresarial. Se trata de decidir quién se encarga de ciertas tareas y quién responde por su buen o mal desempeño.
Cuando nace una empresa, y sobre todo cuando ésta está en sus inicios de crecimiento, la jerarquía corporativa se impone de manera natural. Sin embargo, en el momento en que es necesario dividir las responsabilidades y segmentar la empresa en porciones más pequeñas para hacerla más productiva y permitir que siga creciendo, es necesario parar un momento y dedicar un tiempo a planificar, entre otras cosas, cómo será la jerarquía empresarial y cómo se va a confeccionar el organigrama que la respalde.
Importancia de la jerarquía corporativa
Llegados a este punto, ¿consideras que es un aspecto empresarial importante o trivial? Pues lo cierto es que es algo tan básico que al inicio ni le damos importancia. Porque parece un proceso natural, pero en el momento de plantarse a reflexionar sobre este tema es fundamental prestarle mucha atención. Piensa que la jerarquía es sinónimo de orden y evitar el caos es justamente lo que nos permitirá seguir creciendo.
No sé si te voy a defraudar, pero es que no te quiero engañar: Aquí no encontrarás la piedra filosofal de las jerarquías corporativas ya que su forma variará según las características de la propia empresa y de los medios con los que ésta cuente. También dependerá de las personas que conformen la compañía. Será preciso tener en cuenta cuáles son sus puntos fuertes y flojos, cuáles son sus habilidades profesionales y personales, cuál es su capacidad de soportar y gestionar la presión y si tienen facilidad o no para superar y subsanar contratiempos.
En definitiva, no sólo será necesario tener en cuenta la morfología de la empresa propiamente dicha sino también a las personas que en ella se encuentran.
Ventajas de contar con una buena jerarquía corporativa
Lo cierto es que la gran ventaja de contar con una jerarquía es la cantidad de problemas que la empresa se va a ahorrar. Pero hay muchas más. Veamos cuáles son las ventajas más destacables:
Mejora la comunicación entre áreas. Porque permite establecer las mejores vías de comunicación para cada departamento ya que dependerá de la singularidad de cada uno de ellos determinar cuál es el momento y el canal más adecuado para cada caso.
Permite establecer los niveles de responsabilidad de cada uno de los integrantes de la empresa. De esta manera será mucho más fácil detectar errores antes de que sean fatales, es decir, que se podrán subsanar con más rapidez y evitar males mayores. En este sentido, la empresa podrá mejorar más, mejor y a mayor velocidad ya que habrá un control directo y periódico sobre cada uno de los procesos.
La toma de decisiones es mucho más rápida ya que no existirán dudas de quién es la persona a la que se deba acudir en caso de que fuese necesario. Y lo cierto es que sin consultas ni dudas se agiliza mucho el proceso.
Es una guía. No sólo en el momento de tomar ciertas decisiones, sino también cuando haya que depurar responsabilidades, explorar nuevas vías de crecimiento, etc.
Motiva a los trabajadores. Cuando existe una jerarquía los empleados se pueden hacer una idea de cuáles son las opciones profesionales que su empresa les puede ofrecer. De este modo, los trabajadores pueden verse motivados a alcanzar según qué puestos, y ello promoverá a que se esfuercen más y, por lo tanto, rindan más.
Organigrama
La jerarquía no debería quedarse en una acción meramente verbal sino que debería verse plasmada en un organigrama. Por si ahora no caes en lo que es esto, se podría resumir en que, básicamente, es la representación gráfica de este orden empresarial.
La función principal del organigrama es permitir que cualquiera que lo consulte lo entienda, vea qué personas conforman la empresa y cuáles son sus ámbitos de actuación, así como la relación entre personas y departamentos y los grados de responsabilidad de cada uno. Por lo tanto, tiene que ser un documento sencillo, fácil de entender, y que contenga la información necesaria para poder interpretarlo. Así que, al contrario de lo que algunos piensan, la creación de un organigrama no implica un aumento en la burocracia corporativa, muy al contrario, ya que su objetivo es facilitar y no obstaculizar.
Contar con un organigrama bien hecho permitirá evitar duplicidades tanto en funciones como en tareas, agilizando muchos procesos que tal vez hoy sean una fuente de conflictos. Además las responsabilidades de cada uno quedarán mucho más claras y la toma de decisiones será mucho más rápida porque, precisamente se agilizarán los procesos.
El respeto por el organigrama y la jerarquía empresarial
En definitiva, la cuestión es procurar que lo que se vea en el organigrama se cumpla y que las personas que lo componen realmente atiendan a sus obligaciones. Ni más ni menos.
¿Por qué crees que hago hincapié en algo tan obvio? Pues precisamente porque es bastante común encontrarse con empresas que le han dedicado mucho tiempo a la planificación de su jerarquía, han invertido tiempo y dinero en la elaboración de un organigrama perfectamente planificado y minuciosamente elaborado, pero que a la hora de la verdad todo el mundo ignora. Increíble, ¿verdad?
Pues es el caso de, por ejemplo, las personas que llevan cierto tiempo en una empresa. A veces olvidan que la antigüedad no les da más privilegios y que deben recordar cuál es su lugar y no comportarse como si hubiesen ascendido sin que realmente sea así.
Pero es que también es más común de lo que parece encontrar a directivos que ignoran su propio organigrama. Por ejemplo, cuando van cargando de responsabilidades a un empleado porque consideran que entiende mejor el entorno así como las tareas y los procesos. Sin embargo, no debemos olvidar la posición que tiene esta persona en la jerarquía corporativa. Por lo tanto, si la empresa considera que debe absorber más responsabilidades, también debería constar en el organigrama. Eso sin mencionar que el empleado se tiene que sentir recompensado por ello, claro. Si no se hace así, ¿qué sentido tendría haber invertido tanto tiempo y esfuerzo en crear este orden corporativo?
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