Antes de entrar a desgranar esos síntomas de alarma, ¿sabías que cuando automatizamos ciertos procesos dejamos de tener el control sobre ellos?
Muchos accidentes de tráfico se producen porque el conductor se confía en su experiencia y se despista fácilmente. Es decir, se producen en trayectos de esos que se realizan a diario. En cambio, cuando nos toca conducir hacia un destino al que no conocemos, tenemos los 5 sentidos al 110% para evitar perdernos o liarla, así que nuestras probabilidades de siniestro se reducen a pesar de la inseguridad. Entonces, ¿por qué automatizamos? Pues porque nuestro cerebro nos quiere liberar de tanta tensión y para conseguirlo simplemente automatiza acciones recurrentes y así libera espacio mental.
Con la comunicación interna ha habido un proceso similar. Porque todos los empresarios damos por hechas muchas cosas, cuando nada nos indica que realmente sean así.
Tal vez te parezca una afirmación un tanto enrevesada, pero si sigues leyendo seguro que lo entenderás mucho mejor.
¿Por qué las empresas grandes tienen un departamento de comunicación y las pequeñas y medianas no? La respuesta es fácil: cuando hay que gestionar equipos más numerosos la comunicación interna se complica, por lo que es preciso asignar cierto control para evitar el efecto bola de nieve.
Estarás de acuerdo conmigo en que lo más complicado de ser empresario es gestionar los recursos humanos. Y es que las personas somos muy complejas… Por ello, hoy te quiero dejar 5 síntomas de alarma que deberán hacerte reflexionar sobre tu gestión de la comunicación interna como líder.
Pero antes, quiero que sepas que si eres de los que prefiere que se lo expliquen puedes ver el vídeo correspondiente a esta entrada en el que te lo explico todo.
Los 5 síntomas de alarma:
1. Escasez de colaboración y compromiso
Es tu obligación asegurarte de que los empleados sepan cuáles son la misión, visión e incluso los valores de tu empresa. Piensa que con ello, tienen que tener claros los parámetros entre los que se debe establecer la labor de cada uno de ellos. También es necesario que tengan en cuenta los objetivos intermedios, los marcados para cada periodo y que entiendan que forman parte de algo más grande, que se sientan parte de ello. Si además, les haces partícipes del proceso evolutivo de la empresa, será mucho más fácil que se sientan parte de ella, que se la sientan un poquito suya y que, por lo tanto, se genere cierto compromiso por su parte.
2. Rumores falsos e información errónea
Las personas necesitamos comunicarnos y más en una empresa en la que se precisa el trabajo en equipo de muchas personas para conseguir que la maquinaria funcione adecuadamente. Por este motivo los procesos comunicativos deben ser claros y seguir unos protocolos seguros. No es bueno ni sobreinformar ni la escasez de información. En el primer caso porque corremos el riesgo de que el receptor pierda el interés en las comunicaciones que le lleguen (y entre en modo automático) y en el segundo porque se generan lagunas informativas que dan pie a rumores y a información errónea.
Te darás cuenta de que entramos en terreno pantanoso, ¿verdad? Porque según cómo sea esta información no veraz puede afectar al trabajo, al ánimo, al ambiente de trabajo e incluso a la imagen corporativa de tu empresa. Dicho de otro modo, si te llega alguna información de esta índole harías bien en indagar en su origen más que en ignorarla. No para buscar un culpable, sino para entender por qué se ha producido. Es necesario tener en cuenta que estas situaciones también son fuente de desconfianza y que hacen que la empresa pierda autoridad y te aseguro que en momentos complicados la falta de autoridad se paga bien cara.
3. Desmotivación y fuga de talentos
Supongo que estarás de acuerdo conmigo en que encontrar a personas con un perfil específico cada vez cuesta más, ¿verdad? Sin embargo, es genial cuando por fin la encuentras y además entablas una relación fructífera con ella; simplemente, todo fluye.
Ahora imagínate que la comunicación interna no es buena y esta persona extraordinaria que te ha costado tanto encontrar (o formar), cada vez se encuentra más incómoda. Sin que te des cuenta, poco a poco se irá desmotivando y probablemente, si no se toma ninguna medida al respecto, acabe por perder el interés y se vaya. Si sabes lo que eso supone, seguro que has notado un pinchazo en el estómago, porque fugas así duelen, sobre todo si las podríamos haber evitado. Así que si notas cualquier síntoma de desánimo, no dudes en preguntar, informarte adecuadamente, estudiar la situación y tomar las acciones que creas convenientes. Porque, sinceramente, no me creo que te vayas a quedar de brazos cruzados mirando cómo se va, con lo que te costó encontrar ese perfil en concreto.
4. Clima laboral cargado
Si la comunicación no es sana, es fácil encontrarse con pequeños conflictos diarios generados por malentendidos, información errónea, mensajes que no llegan a quien tienen que llegar, etc. Son pequeños detalles que dificultan el trabajo diario, pero que cargan de sobremanera el clima laboral. Es aquello que “se palpa en el ambiente.” No me negarás que con una atmósfera así es muy complicado trabajar, ¿verdad? Además, es muy fácil que los trabajadores se desmotiven y rindan menos.
Si te soy sincera, lo cierto es que este rasgo es típico de una serie de malas prácticas que dan como consecuencia una situación que es difícilmente sostenible y de la que cualquiera en su sano juicio querría escapar.
5. Desorientación
Y así llegamos al último síntoma, pero que esté en quinta posición no implica que sea el menos importante, muy al contrario.
¿Tienes bien definido tu organigrama? ¡Perfecto! Porque tener un organigrama claro y determinar las funciones y las responsabilidades de cada miembro es fundamental para el buen funcionamiento de la empresa en su conjunto. Si ves personas que dudan, que no tengan claro lo que tienen que hacer, a quién dirigirse cuando les surja un imprevisto, etc.; querrá decir que tu organigrama no es tan cristalino como creías. No te preocupes, estas cosas pasan más de lo que nos imaginamos. Simplemente revisa lo que creas conveniente para subsanar esto.
Visto así no parece la gran cosa, pero te aseguro que esta claridad es necesaria para evitar pérdidas de tiempo o de información, errores y un conjunto de acciones que simplemente reflejarían una mala imagen y/o pérdidas económicas. Si es algo puntual, no hay problema, pero si es algo recurrente, deberías prestarle una especial atención.

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