¿Sabes qué opinan tus empleados de ti? ¿Te consideran líder o jefe? Normalmente no son preguntas fáciles de responder. Porque tú haces lo que tienes que hacer y crees que haces lo correcto. Pero ya sabes que la verdad no es una cuestión absoluta sino relativa y lo que a ti te parece adecuado, tal vez para el resto no lo sea… Es cuestión del punto de vista desde el que se mira así que, efectivamente, parece un tema peliagudo.
Pero dime, si dependiera de ti, ¿qué preferirías ser: líder o jefe? ¿Lo tienes claro? ¿Sí? ¿No? Dependiendo de tu contexto, de tu educación y de tu visión empresarial es probable que haya un concepto que te parezca más atractivo que el otro, pero también es posible que no tengas preferencia alguna. En todo caso hoy vamos a explorar los dos conceptos y a despejar algunas dudas que te puedan estar surgiendo sobre este tema.
Tenemos por costumbre referirnos al “jefe” cuando hablamos del gerente o del propietario de una empresa. Se trata sin duda de la persona que está en la cúspide de la pirámide jerárquica, pero conceptualmente no es lo mismo ser considerado un jefe que un líder.
¿Cuál es la diferencia entre líder y jefe?
Existen muchas diferencias entre un perfil y el otro, unas son más notorias que otras, pero el caso es que la suma de todas ellas dan como resultado un ambiente y un tipo de relaciones laborales muy distintas. Vamos a ver cuáles son.
El jefe
Tal vez sea un concepto más adecuado para lo que denominamos “la vieja escuela”. Se trata de una persona que tiene autoridad impuesta y que utiliza ese poder para mandar. Esta figura autoritaria toma las decisiones sin consultar con nadie y teniendo como indicador su propio sentido común e interés, por lo tanto, la comunicación es unidireccional, descendiente y unilateral. O, dicho de otro modo, su voz es la única que importa.
El líder
El líder es una persona que no tiene por qué estar impuesta, sino que se convierte en un referente porque genera una energía a su alrededor que motiva a las personas y el trabajo en equipo. Puede ser una influencia consciente o inconsciente, pero el caso es que, sea del modo que sea, no impone sus propias ideas y siempre está esperando escuchar propuestas ajenas. En este caso la comunicación es bidireccional y multilateral. O, dicho de otro modo, su voz no será la única que importe.
¿Te ves reflejado en alguno de estos perfiles? Y si le preguntásemos a la gente que trabaja contigo, ¿crees que coincidirían en la respuesta?
Pequeños detalles; grandes diferencias
Sólo con las características generales de cada perfil ya hemos visto que un líder y un jefe no son exactamente lo mismo. Sin embargo, sí que es altamente recomendable que la o las personas al cargo de una corporación adopten un rol de liderazgo menos dictatorial. Los tiempos han cambiado, las personas también lo hemos hecho y no podemos olvidar que precisamente las personas somos las que formamos cada una de las corporaciones del mercado laboral. En definitiva, se trata de pequeños detalles que marcan grandes diferencias. Pero creo que para verlo más claro será mejor ir un poquito más al detalle.
Percepción de la autoridad
La percepción de la autoridad de un jefe es prácticamente dictatorial: “yo soy el que manda y punto”. Sin embargo, el líder no concibe la autoridad de la misma manera sino que se la gana aportando lo máximo de sí. Es decir, en lugar de mandar hacer las cosas, suele preguntar “¿cómo puedo ayudar en esto?”. Dicho de otro modo, el jefe da órdenes e impone su mandato dejando claro quién manda, mientras que el líder se gana el respeto como tal mediante argumentos que justifiquen el motivo por el cual se hacen las cosas de una manera u otra y siendo el primero en dar ejemplo.
Recelo o confianza
Gracias a su posición jerárquica, un jefe se puede tomar la libertad de amenazar y de imponer el miedo para hacer valer su posición y ganarse cierto “respeto”, y lo pongo entre muchas comillas porque ese respeto no es más que miedo camuflado. No importan las consecuencias porque sólo busca obediencia ciega. Precisamente por este mismo motivo los jefes no suelen ser respetados sino criticados por la espalda por sus propios empleados.
En cambio, el líder se muestra mucho más cercano, parte del equipo, escucha a los trabajadores, les ayuda a conseguir los objetivos comunes y así, poco a poco, se gana su confianza. El líder es valorado por sus seguidores y además le tienen cierta estima.
Reacción ante los problemas
El jefe enseguida busca a la persona o personas responsables del fallo o problema y las culpa y castiga. La idea es darles una reprimenda ejemplar para que no se repita el error.
El líder, en cambio, se preocupa por buscar una solución. Entiende que no es cuestión de buscar culpables sino de salir del bache lo antes posible. Tras superarlo busca cuál ha sido el detonante y también una manera de evitar que se repita el error, pero sin señalar a nadie en concreto e incluso ayuda a que la persona detonante levante cabeza.
Grado de cercanía
El jefe se limita a dar órdenes y a cerciorarse de que éstas se cumplan. El líder, en cambio, es el primero en ponerse manos a la obra, dando ejemplo, motivando a los de su alrededor a trabajar junto a él, codo con codo.
El jefe es una persona distante y que además marca las distancias para que nadie olvide la posición que ocupa. Trata a sus subordinados como si fuesen números y no empatiza ni con ellos ni mucho menos con sus situaciones personales. El líder es mucho más cercano: conoce a todos los integrantes de su equipo e interactúa con ellos constantemente.
Mentalidad abierta o cerrada
El jefe es muy receloso a que se le acerquen otros integrantes de la empresa porque debe marcar las distancias. Al fin y al cabo, él da las órdenes y no hay discusión posible.
El líder se considera parte de todas las acciones o proyectos que lidera. Como conoce a los integrantes del grupo, potencia y promociona las capacidades latentes de cada uno de ellos. Es capaz de generar compromiso sin pedirlo y, como sabes, eso es algo muy poderoso a nivel empresarial.
Mandar o liderar
El jefe es puntual, el líder encabeza y llega el primero. El jefe se espera sentado en su trono de hierro particular, el líder da la bienvenida a todos a medida que van llegando. El jefe ordena y hace cumplir su mandato, el líder inspira compromiso, motiva y es un referente a seguir para el equipo que lidera. El jefe pasará por encima de quién haga falta para mantener su posición, en cambio, el líder hará que personas normales se sientan especiales, únicas y extraordinarias.
¿Cómo te quieres mostrar?
Si estás leyendo esto muy probablemente seas la máxima representación de tu empresa o un mando intermedio. Independientemente de cuál sea tu cargo espero que con esta información hayas podido reflexionar sobre cuál es tu posición actual con respecto a cómo te perciben los demás y si ha llegado el momento de cambiar alguna cosa. Así que dime: ¿eres jefe o líder?
¿El líder nace o se hace?
Después de leer el artículo de hoy y de analizar los diferentes aspectos sobre la percepción que tienen los demás sobre tu cargo, ¿consideras que no te gusta la imagen de liderazgo que estás proyectando? Pues déjame decirte que sólo en tu mano está cambiar eso. El líder nace pero también se hace. Es cuestión de abrir la mente, de aceptar los errores y de romper con malos hábitos. ¿Estás dispuesto a ello?
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