
El principio de reciprocidad
Por si te esperabas que empezase con una definición de la RAE sobre la reciprocidad, ya te aviso que no voy de este palo. Lo cierto es que te invito a que cojas un diccionario y busques tú mismo el significado de esta palabra. Pero como las definiciones de esta entidad suelen ser más complicadas que la propia palabra, sólo te voy a decir que algo que es recíproco es algo que transmites y que tarde o temprano vuelve a ti. Es parecido a corresponder, aunque no es exactamente lo mismo.
De todos modos, esto no es una clase de lengua. Así que no vamos a ahondar más a nivel lingüístico, pero quédate con la idea del retorno, ¿vale?
Te habrás fijado que en los últimos años, sobre todo en internet, hay un montón de recursos útiles que además son gratuitos: pdf’s, audios, tablas, plantillas, listas, etc. etc. etc. Y sí, lo has adivinado, todos estos artículos tienen un objetivo marketiniano. Porque para acceder a ellos debes dejar tus datos y a partir de ahí empiezas a recibir correos o notificaciones de la persona que te ha “regalado” ese recurso. Seguramente no te estoy descubriendo nada nuevo, pero ¿te has parado a pensar en por qué esta gente te permite acceder a todo ese contenido gratuito sólo para enviarte emails? Al fin y al cabo no les estás comprando nada y ellos te están dedicando su tiempo y sus recursos. Visto así, incluso parece que estas personas no tengan mucha idea de lo que es un negocio, ¿verdad?
Pues te equivocas. Estas personas saben lo que es el principio de reciprocidad. Tú te descargarás su contenido, disfrutarás de él, le sacarás el máximo partido, pero llegará un momento (tarde o temprano) en el que habrá algo que no sepas hacer o que necesites que alguien haga por ti. Dime, ¿quién crees que te vendrá a la cabeza cuando finalmente ese momento llegue? Pues es muy probable que sea esa persona que te ha estado “ayudando” durante este tiempo. Claro que también puedes ser de los que vayan a Google a ver qué encuentran por ahí. Pero te aseguro que un alto porcentaje se suele quedar con esa primera opción. ¿Y sabes por qué? Porque en realidad ya lo conoces.
Vale, tienes razón. En realidad no lo conoces, pero has utilizado sus recursos, sabes cómo trabaja, te gusta cómo se expresa. ¿Por qué no podrías trabajar con esa persona aunque no la conozcas en persona?
Pues este principio de reciprocidad, como ves, es muy utilizado en marketing. Lo verás a diario varias veces: que si un webinar gratuito, que si una masterclass, que si un descargable, que si una sesión gratuita de no-sé-qué… Lo verás de mil formas. Pero en el fondo lo que buscan es que el día que necesites sus servicios te acuerdes de ellos y los consideres como tu prioridad. Hoy por ti, mañana por mí.
Y aunque te sorprenda, este mismo principio también se aplica a la comunicación interna. Porque cuando ayudas a alguien, esta persona se siente de alguna manera en deuda contigo. Aunque, sinceramente, cuando ayudes a una persona, te recomiendo que no esperes reciprocidad en todos los casos. Ya te digo que no es una norma que se aplique al 100% de la población, pero más del 90% se sienten regidos por este principio.
¿Eres tú uno de ellos?
Comentarios recientes